SWEET DISPOSITION

SWEET DISPOSTION: a moment, a love, a dream, a laugh, a kiss, a cry, our rights, our wrongs.

viernes, 17 de abril de 2015

DESTINO: ITALIA.

Bueno, llevo de Erasmus en Teramo un poco más de dos meses ya y todavía no he escrito nada acerca de mi experiencia en mi blog, aunque cierto es que lo tengo muy abandonado. En fin, ahí va todo lo que me apetece soltar en este momento.

Llegué aquí el día 9 de febrero. Estaba emocionadísima, claro, pero a la vez tenía un sentimiento de morriña ya antes de salir del aeropuerto Coruña en el avión destino Madrid, pues me encontraba tan bien en Ferrol con mis nuevos colegas del aulario, gente a la que conocía desde hacía tanto y a la vez tan poco, gente con la que llevaba pasando mi último mes en Ferrol prácticamente a diario, que no me quería ir. Evidentemente, no sólo tenía este sentimiento por ellos, por supuesto, también por el resto de mis amigos, con los que quedo cada fin de semana que vienen sin falta (y si eso no ocurre es siempre su culpa, je), y por mi familia, aunque quisiese librarme de las discusiones por un tiempo.

Pues bien, cogí el vuelo al mediodía en el aeropuerto de Alvedro, a donde me fueron a despedir mi padre y mi padrino, después de despedirme de mi perro, Rocky, en casa, al que por cierto echo muchísimo de menos, de arreglar ya los últimos detalles para mi viaje, y de un trayecto en coche Ferrol-Coruña que me sirvió para pensar un poco (más) en todo lo que me esperaba.

Tras un vuelo de hora y pico llegué a Barajas, Madrid. Allí seguí los mismos pasos que cuando había viajado sola por primera vez - bueno, en realidad yo con otro amigo a los 16 - a Turquía, viaje que me sirvió de guía para defenderme en los aeropuertos cada vez que iba sola. En fin, salí del avión después de sacar increíbles fotos del paisaje nevado de mi querida Galicia desde lo alto, hablé un poco con mis amigos y familia para decirles que estaba bien, y fui a comer. En ese momento viví una situación un poco caótica, pues estaba yo sola con mi carrito en el que había colocado mi bolso que llevaba dentro el ordenador y que, por consecuencia, pesaba la leche, mi mochila llena hasta reventar, mi abrigo, mi jersey, mi bufanda... vamos, que iba cargada cual mula. Lo peor vino cuando tuve que ir a recoger mi comida al mostrador, pues con una mano llevaba ese pesado carro y con la otra una bandeja con unos nachos súper caros y que encima ni me acabé. Cuando tuve que ir al baño también lo pasé bastante mal, pues tuve que dejar el carrito fuera porque no entraba conmigo en la cabina... Esa hora en el aeropuerto fue un momento bastante estresante...

Llegué a última hora a mi puerta de embarque, pasé y el estrés se fue. Me metí en el avión y después de un retraso de media hora, despegamos con rumbo a Roma. Escuché música casi todo el viaje, leí las revistas del avión, saqué máaas fotos del cielo y el paisaje que pude apreciar, intenté dormir sin éxito, y edité fotos, sí, para mi perfil de Instagram.

Recuerdo que la canción que sonaba mientras despegábamos en la capital italiana era "Hombre de ninguna parte", de Xoel López, canción que nos enseñó en el primer curso de turismo una de mis profesoras preferidas, Mavi, mujer apasionada de lo suyo. No podría haber sido más acertada la canción, que me recordó, de nuevo, cuánto me gusta viajar y me hizo emocionarme aún más en esos 10 minutos antes de salir del avión por la grandísima experiencia que se me venía encima.

Bajamos del avión - ahí también viví un momento de estrés porque supuestamente tenía que coger el Gaspari a Teramo a las 8, y ya era casi la hora - y fui hacia la zona de recogida de equipaje, de donde tardaron en salir mis dos maletas como más de media hora. Estaba en un aeropuerto desconocido con un montón de equipaje, no sabía italiano, no podía llamar a mi madre porque la línea española no trabajaba, y sin internet para mirar el horario del siguiente bus. Además de todo esto, no tenía batería en el móvil. Total que me metí en un baño y enchufé mi móvil. Después de varios intentos fallidos de llamar a mi madre, conseguí hablar con ella y le pedí que intentase contactar con mis compañeros de clase de Coruña que también estaban en Teramo para decirles que no llegaba al bus que en principio iba a coger. Misión, por cierto, imposible. 

Allí en el baño me hice "amiga" de una chica colombiana, si mal no recuerdo, que vivía en Italia y con familia gallega, cómo no. Ella me dejó mirar los horarios del bus y allá fui después de hablar bastante rato con ella, incluso creo recordar que me dio su número, aunque puede que sea una invención y no un recuerdo...

Salí a la zona de los buses, y después de intentar entenderme con el conductor en una mezcla de italiano, español e inglés, supe que mi parada era la cuarta. Mi destino final: Teramo.



miércoles, 24 de septiembre de 2014

Adiós Tata.

Nunca he sido una persona que exteriorizase mucho sus sentimientos hacia su familia, siempre he sido un poco vergonzosa con mis tíos y primos, sobre todo cuando eran bastante mayores que yo. Me da vergüenza preguntar qué tal, preguntar detalles de sus vidas por los que supuestamente debería interesarme, nunca me he enterado demasiado de los sucesos que tienen lugar en mi familia.

Sin embargo, siempre he tenido muchísimo cariño hacia todos ellos, e incluso admiración hacia mis primos mayores, me encantaba estar con ellos, quedarme a dormir en sus casas, que mis primas me dejasen sus bikinis cuando me bañaba en sus piscinas... 

Siempre he querido muchísimo a la prima Margarita, a la Tata de todos los primos, siempre la consideré una de mis primas preferidas por parte de padre, sobre todo cuando era más pequeña y pasaba más tiempo con ella. Ojalá la hubiese visto algo estos dos últimos años, pero las circunstancias de la vida hicieron que no fuera posible. Siempre la tuve ahí, en la cabeza, en el corazón, siempre que íbamos a ver a mis tíos preguntaba por la Tata y sus hijos, siempre la quise un montón. 

Estos dos años sin verla no se me hicieron raros, no es extraño que pase mucho tiempo sin que mis primos y yo nos veamos, siempre supe que estaba ahí y que cualquier día, cuando le volviese a apetecer vernos iría a visitarla. Pero hoy, día en que toda la familia la ha perdido, me he dado cuenta de que le tenía un cariño infinito que nunca he llegado a tener hacia otros primos. Me he acordado de cómo la admiraba cuando era pequeña, de los días que me pasaba en su casa, de cuando jugaba con sus hijos, de que por fin había conseguido que su hijo más pequeño me quisiese como a una prima mayor. Y no puedo dejar de sentir un inmensísimo dolor.

Espero que cuide mucho de sus hijos desde el lugar donde esté y que sepa que todos le queríamos mucho.

Adiós Tata, te quiero.

sábado, 8 de marzo de 2014

Reflexiones varias.

El autobús urbano es un 'lugar', si es que se le puede llamar así, que, no acabo de comprender muy bien por qué,  me hace reflexionar. El hecho de ver a tantas personas concentradas en un mismo medio de transporte, que viajan con caras cansadas, felices, enfadadas, cantando en silencio, o sin expresión alguna con unos enormes cascos rodeándoles las cabezas (como ocurre en mi caso), hace que las observe e imagine cómo serán sus vidas, piense en hipotéticas situaciones, en qué estarán pensando, por qué sonreirán...

Hoy fue uno de esos días en que, llegando a casa en el bus, empecé a reflexionar sobre un tema bastante irrelevante para la mayoría de la gente pero que, sin embargo, parece formar parte de nuestro día a día. El caso es que, a unos metros de mi parada, y como de costumbre, me levanté de mi asiento y esperé en el medio del pasillo a que el bus llegase a su destino para poder bajarme. Fue entonces cuando imaginé una situación bastante común: que una persona, en este caso yo, esté en medio del pasillo y haya otra detrás que, aunque se vaya a bajar en la misma parada, siente la necesidad de adelantar a quien le entorpece el paso y bajar antes del bus. Es una situación que hasta se puede creer ridícula y sin embargo no deja de repetirse.

Esto me hizo  pensar en esa sensación de impaciencia, esa inquietud que nos recorre el cuerpo cuando estamos muy cerca de conseguir algo, tan cerca que hasta podemos tocarlo, verlo, olerlo, oírlo, saborearlo. Todo el trayecto hemos ido tranquilos, cada uno pensando en sus cosas, y sin embargo al llegar, cuando estamos a punto de bajar, es cuando empezamos a inquietarnos.

Es curioso, cuanto más se acerca un momento, más deseas que llegue, y esos 20 segundos que tienes que estar andando a paso lento y esperando a que se bajen las 5 personas que tienes delante se te hacen eternos y quieres salir corriendo YA.

Y me parece gracioso porque eso mismo que ocurre cuando vamos a bajar del bus, en la cola del supermercado cuando la cajera nos está cobrando, en el aeropuerto cuando embarcamos, o cuando recogemos la maleta en el lugar de destino... esa misma sensación, la tenemos cuando vamos a vivir algo grande, algo que nos marcará para el resto de nuestras vidas, algo que sabemos, será bueno.

A veces las sensaciones y emociones que tenemos en las acciones y vivencias más cotidianas pueden tener más en común de lo que creemos con las experiencias vitales. Es simple, pero  gosto de escribir sobre estas pequeñas cosas que pienso en mi día a día.

jueves, 20 de febrero de 2014

Echar de menos.

Desapareciste sin más; cuando me fui todo era perfecto, pero a la vuelta me encontré con que todo era una mierda. Los tenía a todos. Menos a ti.

Soñar contigo es uno de los mejores regalos que puedo tener, verte durante toda una noche a mi lado, abrazarte, besarte, hablarte... o tan solo verte, eso me hace feliz. Sin embargo, por las mañanas ese sueño me juega una mala pasada, me recuerda que ya no estás y causa en mí una sensación de desasosiego horrible. TE ECHO DE MENOS. Echar de menos a una persona a la que sabes que quieres pero que nunca volverás a ver es una de las peores sensaciones del mundo; causa impotencia, hace que quiera gritar. No se la deseo a nadie. Es tener un vacío en tu interior que sabes que ahora jamás podrás llenar, por muchos amigos nuevos que vengan, por muchas veces que te sueñe.

Sé que ya he escrito mil y una veces sobre esto, pero es que al soñar contigo he sentido la necesidad de expresarlo con palabras que no se llevara el viento. Y lo peor de todo es que, tras tantísimo tiempo, te he vuelto a tener una noche para volver a perderte al despertar, y quién sabe cuánto tiempo más tendrá que pasar hasta que te vuelva a ver.

Dios... te quiero te quiero te quiero te quiero te quiero.

miércoles, 1 de enero de 2014

Adiós 2103. Y no vuelvas.

Hace casi 24 horas dimos la despedida al año 2013. Un año que me enseñó muchas cosas, me ayudó a conocerme, mis fortalezas y mis debilidades, hasta qué extremos soy capaz de llegar para conseguir lo que quiero, y que no tengo una mierda de fuerza de voluntad para hacer otras cosas que a la larga son más importantes y menos superficiales que aquellas en las que me he centrado. Que hay gente que parece llegar para quedarse y después te das cuenta de que no son quien creías que eran; decepción lo llaman. Y sin embargo otras, aunque algunas llevaban años a tu lado, entran pisando fuerte en tu vida un día y no quieres que escapen. Que no a todo el mundo se le puede llamar AMIGO, y que las apariencias engañan, incluso entre amigos.
Este año he aprendido a valorar algunas cosas. Me he dado cuenta de que en mi cabeza hay mil pajaritos que intentan volar pero hasta dentro de unos años no podrán hacerlo, lo cual me frustra bastante. Que la palabra 'libertad' no significa lo que yo pensaba.
En general, en el año 2013 tuve bastantes experiencias 'vitales' para mí en cierto sentido, algunas quiero que se repitan; otras, aunque no quiera, lo hacen día a día; y hay otras que no quiero volver a conocer ni de lejos.
Los años pasan, el tiempo pasa, y cada vez me conozco mejor, igual que a los que me rodean, y aunque ello conlleve disgustos, es lo mejor.
Sólo espero que el año 2014 venga mejor de lo que lo hizo el pasado.

domingo, 8 de septiembre de 2013

One day.

Baby we'll be old, oh baby we'll be old, and think about the stories that we could have told.

martes, 11 de junio de 2013

SCREAM!

No puedo más! Necesito largarme! Necesito mi espacio, estar sola, poder hacer lo que me dé la gana y cuando me dé la gana. POR QUÉ COJONES NADIE ME TOMA EN SERIO EN ESTA PUTA CASA??? Me gustaría poder largarme de aquí, de esta casa, de esta ciudad, yo sola, hacer lo que me diese la gana. FRUSTRACIÓN, FRUSTRACIÓN Y MÁS FRUSTRACIÓN ES LO QUE LLEVO SINTIENDO DURANTE TODO UN PUTO AÑO Y EN ESTA CASA NADIE ME ENTIENDE. Se piensan que me queiro ir por capricho, para pasármelo bien e irme de fiesta, y no que sea una necesidad de independencia, de curiosidad por descubrir mundo, experiencias, poder planear mi propia vida... No puedo más.